Mi Historia


Sufro de escoliosis desde que nací,  lo cual me ha traído muchos problemas de salud desde muy temprana edad por la pronunciada curva que tengo a la altura del cuello entre los hombros, no es una una zona muy común. Hace 10 años fuí diagnosticado con Artrosis Cervical o también conocida como Espondiloartrosis Cervical, que consiste básicamente en el desgaste de los discos intervértebrales y el crecimiento de estructuras óseas alrededor que deforman la columna.

Lo primero que nos sorprendió tanto a mí como a los doctores fue lo joven que era para sufrir de una artrosis cervical, tenía solo 34 años. Hoy, a los 46 años ya he pasado por una cirugía de Artrodesis Cervical (fusión de las vértebras C5-C6-C7) que  mejoró el problema por unos meses solo para luego volver a las mismas molestias o incluso peores. La artrosis es una enfermedad degenerativa incurable, avanza y empeora con el tiempo.

 

Mi vida ha cambiado notoriamente, las cosas que antes solía hacer se comenzaron a tornar mas difíciles cada vez, girar el cuello hacia los lados o hacía atrás es casi imposible lo cual no me permite manejar ningún tipo de vehículo por temas de seguridad. 

El tiempo que puedo pasar frente a un computador es muy poco, limitando así mi trabajo de profesor de Inglés, mi actividades físicas también se han visto limitadas ,  trato de mantenerme en forma con diarias caminatas, éste tipo de lesiones afecta directamente tu nivel de energía y uno se cansa muy rápido. 

La artrosis cervical ha afectado todos los aspectos de mi vida: familiar, social, laboral, etc. Mas allá de los dolores en el cuello y espalda, son los síntomas “secundarios”  los mas difíciles, cualquier lesión en la zona cervical crea una “inestabilidad” que se puede describir como debilidad muscular, temblores, descoordinación, pérdida de fuerza y masa muscular, afecta el sentido de la vista, produce neuralgias, neuropatía y en algunos casos problemas de comunicación entre nervios y músculos, muchos de éstos síntomas son muy similares a los de la esclerosis múltiple al afectar el movimiento de brazos y manos, lo cual dificulta las tareas diarias.

Mi esposa Mari se ha convertido en mi mejor aliada, sé que no ha sido nada fácil para ella lidiar con mi enfermedad y sus inevitables consecuencias, dado que esto nos afecta de manera emocional, como estructura familiar y tiene un fuerte impacto en nuestra economía.

Mi día a día:

Mis días son impredecibles, mi manera de iniciar el día depende de si pude o no dormir la noche anterior lo cual muchas veces es difícil debido al dolor y la dificultad de encontrar una posición idónea para dormir. A veces pueden pasar semanas sin que sienta dolor intenso, y en otros momentos el dolor  es cosa de todos los días y no es fácil llevar un collarín  24/7.

Muchas veces el uso de analgésicos limita mi productividad y trato de solo utilizarlos en casos extremos.

Si bien mi vida ha cambiado y no fue fácil resignarse a tener la columna de una persona de 60 años, hoy por hoy he encontrado la calma en mi nuevo estilo de vida

El tratamiento requiere un seguimiento contínuo de la artrosis, la búsqueda de la tan ansiada solución quirúrgica al problema, lo cual no es nada fácil, no hay manera de asegurar un resultado favorable en una zona que ya ha sido operada, se hace necesaria la consulta a muchos especialistas hasta dar con una solución aceptable. Se requiere un riguroso régimen de terapia física y rehabilitación de los músculos del cuello así también como de las zonas afectadas por el pinzamiento de las raíces nerviosas: hombros, piernas, brazos y manos. El costo de una terapia física adecuada sobrepasa mis ingresos que son mínimos y es por eso que requerimos de toda la ayuda que nos puedan brindar.


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